jueves, 27 de noviembre de 2008

La importancia de la mente en el ciclismo - Parte II

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¿A quien de nosotros no le ha sucedido que un día entrenando, realizando series subiendo un puerto no podía subir las pulsaciones y ha visto a lo lejos a un compañero, o le a pasado por detrás otro ciclista, os habéis picado y habéis podido alcanzar las pulsaciones sin ningún problema.?

¿O quien entrenando solo, ha realizado un esfuerzo increíble para subir las pulsaciones por encima del umbral anaeróbico, y cuando ha disputado un carrera, como por ejemplo la reciente quebrantahuesos, al consultar el pulsómetro, se ha sorprendido por haber estado mas de 3horas y 30' por encima de este umbral.?

El proceso de entrenamiento es un trabajo complejo en el que intervienen diferentes factores como ya apuntamos en la primera parte de este artículo, pero ¿ Por qué sucede esto?.

Nuestro organismo no aprovecha todo su potencial físico, solo una parte de el, algunos autores cifran entre un 40 y un 50% de lo que verdaderamente podríamos hacer. Solo en situaciones excepcionales en las que supongan un peligro para nosotros o para los nuestros podríamos sobrepasar este límite. A esto se le llama umbral de movilización y a las reservas de que disponemos reservas autónomas protegidas. Entonces ¿Por qué no podemos normalmente superara este límite?, porque esto supone poner al organismo al límite de su aguante, con peligro de lesionarse de gravedad, que solo tiene sentido en el caso de salvar estas situación limite.

Esto trasladado a nuestro deporte observamos que en nuestro grupo hay ciclistas que realizan unas prestaciones normales en salidas dominicales, pero que se transforman por completo en las competiciones o cuando hay algo en juego. Porque en la clasificación, en la disputa de la carrera le va algo más, utilizando el símil, le va la vida en ello.


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Es aquí donde me gustaría resaltar la figura de Lance Amrstrong y darle el valor que realmente merece todo lo que ha hecho, muchos opinaran que tiene todos los medios a su alcance para preparar el tour, que tiene el mejor equipo, la mejor bicicleta, los mejores estudios biomecánicos, cinéticos, aerodinamismos, médicos, etc… Pero sobre todo su fuerza reside en su fortaleza mental para entrenar y para afrontar las competiciones con la convicción de una persona que ha vencido al cáncer, que estaba mas allá que aquí y que todo lo que esta viviendo es un regalo. ¿Vosotros creéis que para esta persona subir el Alpe D'Huez diez veces o el Galibier a tope es un suplicio o un premio?.

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